Mercado interno y pleno empleo


        El nuevo gobierno mantuvo la retórica antinorteamericana, y se distanció tanto del comunismo como del capitalismo, pero estableció relaciones diplomáticas con la URSS y con Washington. Aprobó las Actas de Chapulle, que permitían el reingreso a la comunidad internacional y el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca. Pero la hostilidad norteamericana no disminuyó y Estados Unidos siguió dispuesto a hacer pagar a la Argentina por su independencia durante la guerra, bloqueando armamentos e insumos vitales, y las exportaciones industriales a los países limítrofes empezaron a retroceder ante la competencia norteamericana. Las exportaciones agrícolas a Europa fueron obstaculizadas por Estados Unidos. Se lanzó el Plan Marshall, pero Estados Unidos prohibió que los dólares aportados a Europa se usaran para importaciones de la Argentina. Estados Unidos inundó el mercado con cereales subsidiados y la participación argentina disminuyó drásticamente. Gran Bretaña no aceptó las presiones norteamericanas para la restricción de sus compras en Argentina. Las empresas ferroviarias británicas fueron vendidas con un acuerdo sobre la venta de carne. La venta de cereales fue cada vez más difícil, y la de carne, cada vez menos interesante; reducción de la producción agropecuaria. El lugar en el mundo para Argentina fue haciéndose menos significativo.
        La Segunda Guerra Mundial y las dificultades del comercio exterior habían contribuido a profundizar el proceso de sustitución de importaciones que avanzó en el sector metalúrgico y otros. Exportación a países limítrofes, aumento de la mano de obra industrial. Quienes estaban vinculados con las empresas tradicionales pretendían estimular las industrias “naturales” capaces de competir en el mercado externo, asociarse con Estados Unidos y mantener un equilibrio entre el sector industrial y el agropecuario, de donde saldrían divisas para la industria. La opción era difícil por la necesidad de recomponer una relación con Estados Unidos y de recuperación de los mercados de los productos agropecuarios. La otra alternativa era profundizar la sustitución, extenderla a la producción de insumos básicos mediante una intervención estatal y asegurar la autarquía. Imagen de la Unión Soviética, planes quinquenales.
        Primer Plan Quinquenal: planificación de la economía, promoción del sector industrial, aumento del mercado interno por políticas redistributivas hacia los trabajadores, pleno empleo. Financiado principalmente por la reserva de divisas acumulada durante la guerra. El Instituto Argentino de Promoción del Intercambio monopolizó el comercio exterior y transfirió al sector industrial y urbano ingresos provenientes del campo. Golpe fuerte al sector agropecuario que ya no se consideraba la “rueda maestra” de la economía. Los productores rurales padecían la falta de insumos y maquinarias, el congelamiento de los arrendamientos, y el costo más alto de la mano de obra (Estatuto del Peón): caída de la superficie cultivada, y por el aumento del consumo interno, reducción de las disponibilidades. Participación del Estado en la dirección y regulación de la economía, inspiración keynesiana. Nacionalización de las inversiones extranjeras (empresas británicas), promoción de empresas estatales para la independencia económica, y del Banco Central. Negociaciones colectivas garantizadas por ley, seguridad social, miedo a los riegos del desempleo.

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